domingo, 3 de mayo de 2009
Como poner normas y límites a los adolescentes
Una manera de hacer que sus hijos adolescentes obedezcan sus reglas es ayudándoles a fomentar un comportamiento responsable a través de las siguientes técnicas:
* Ayúdele a expresar sus sentimientos. Si un hijo adolescente le pega a un hermano menor, es importante preguntarle porqué lo ha hecho, y pensar en otras formas de desahogar su enfado
* Exprese reconocimiento cuando su hijo adolescente logra comportarse como es debido. Si llega a casa a la hora acordada por ejemplo, déle las gracias. Si obtiene buenas notas en la escuela, felicítele.
* Permita participar a su hijo adolescente cuando se fijen normas nuevas. Esto no solo será una forma de enseñarle el arte de la negociación (algo que le servirá durante toda su vida), sino que le implicará de tal forma que se sentirá más obligado a cumplir con las reglas. Además, si nota que usted no es intransigente y estás dispuesto a escuchar su opinión, aprenderá a hacer lo mismo.
* De el ejemplo. Si un padre o una madre le grita a su hijo adolescente, está enseñándole indirectamente que es una opción válida en caso de desacuerdo, en vez de enseñarle negociar o debatir. En vez de gritar, pare y cuente hasta diez antes de hablar y enséñele a su hijo a discutir de forma sosegada e inteligente. Los gritos solamente alejarán más a su hijo.
* Déle algún margen de decisión en el momento de organizar las tareas que debe realizar. Siéntese con su hijo, papel y lápiz, explíquele todas las tareas domésticas, y decida conjuntamente cuáles serán sus responsabilidades.
* Sea siempre justo. Los padres somos humanos, y a veces nos exasperamos e imponemos una regla nueva o un castigo porque estamos cansados o hartos. Hay que evitar esta situación, pensarlo muy bien antes de introducir nuevas reglas o cambiar una existente, y explicarle de forma sosegada el motivo a su hijo adolescente.
* Sea muy consistente y firme. Por ejemplo, si la norma es hacer los deberes antes de jugar al playstation, es importante ser inflexible y no cambiarlo nunca, incluso si tu adolescente llega a casa con amigos. Cuando su hijo adolescente aprende que no va a ceder, dejará de insistir (aunque esto puede tardar años y supone uno de los aspectos más agotadores de ser padres de adolescentes). Si cedes, tu hijo cuestionará no solo esta norma repetidas veces, sino otras también.
* Sea fiel a sus principios. Probablemente has escuchado muchas veces estos típicos reproches de hijos adolescentes: "Siempre soy la primera que se tiene que ir a casa"; "Pues los padres de Pedro le dejan hacerlo"; "Los padres de Marta la dejan hasta las 12.00...". Y es fácil tener la tentación de ceder. Pero todos tenemos nuestros propios valores, y es importante que nuestros hijos adolescentes aprendan a respetar los nuestros. Explíquele que todos somos distintos. Cuando protestan y dicen que ojala su familia fuese distinta, respira hondo y recuerda que esta es una reacción típica en los adolescentes y realmente no piensan así. Simplemente forma parte de la adolescencia cuestionar el sistema que les sigue controlando e intenten mover los límites
Como comunicarse con hijos adolescentes
Uno de las tareas más importantes (y complicadas) de los padres de adolescentes es mantener siempre abiertas las vías de comunicación con ellos.
Aquí le ofrecemos algunos consejos sobre cómo comunicarse con sus hijos adolescentes.
* De mensajes claros. Es un error decir a la misma cosa "no" un día y "sí" otro día a su hijo adolescente, salvo que las circunstancias hayan cambiado. Dar mensajes claros ayuda a crear una base de confianza, fomenta el buen comportamiento y ayuda bajar los niveles de estrés en la familia.
* Aprenda a escuchar y responder con respuestas que incentiven la comunicación y eviten el conflicto. Emplear un tono positivo y utilizar lenguaje corporal afirmativo mientras hablas
* Trate a su hijo adolescente con el mismo grado de respeto con el que espera que le trate a usted. No le insultes nunca, no le ridiculices tampoco.
* De mensajes afirmativos. Cada vez que se presente la ocasión, recuérdele que le quieres. Cuando se ha arreglado, dígale que esta muy guapo. Cuando ordena su habitación sin que se lo hayas pedido, coméntaselo de tal forma que se sienta orgulloso (aunque no se lo va a demostrar)
* No pierda el genio y no le grite. Si empieza a gritar, la capacidad receptiva de su hijo adolescente se bajará a cero. Hay momentos en los que todo/a adolescente cree que sus padres no le comprenden, que le hacen la vida imposible. Y cuando gritamos por frustración o rabia, solo conseguimos alejarles más. Si cree que va a perder el control, suspenda la conversación para retomarla en un momento de mayor tranquilidad.
* Sea preciso y de detalles sobre lo que esperas de tu hijo. Puede escribir una bitácora y pegarla en la nevera como recordatorio. Siempre es bueno escribir sobre papel reglas y acuerdos importantes, porque así ambas partes pueden consultar el papel cuando surja una confusión sobre una norma específica.
* No ningunear nunca a su hijo cuando este enfadado o triste. Si algo que hace o dice le enfada o entristece de sobremanera, dígale que no esta en condiciones de seguir una conversación antes de alejarte. Es peligroso ignorarle o dejar de hablarle y seguir tan normal con otros miembros de la familia, porque solo conseguirás distanciarle cada vez más.
* Evite decir frases como "porque lo digo yo". Explica tus razones de forma tranquila a tu hijo. Los adolescentes saben que la última palabra la tendrán sus padres, pero es importante que sepan por qué les pedimos que hagan algo que no quieren hacer, o por qué les prohibimos ciertas actitudes.
* Implíquele en la conversación, no entre en un monólogo. Termine sus frases con otra que invite a la comunicación:
-¿Qué piensas tú?
-Parece muy importante para ti, intenta explicarme por qué.
-Buena pregunta, intentaré contestar.
-Me interesa mucho conocer tu opinión.
-¿Comprendes lo que te intento explicar?
-¿Quieres hablar?
* Sea coherente entre lo que predica y lo que practica. Es importante dar ejemplo para tener credibilidad
* Evite frases negativas que más bien logran todo lo contrario, como por ejemplo:
-Si vuelves a decir eso te....
-Me trae sin cuidado qué hacen tus amigos
-No vengas llorando a mí si te sale mal
-No te creo
-No comprendes nada
-Pregúntaselo a tu madre/padre
* Escuche con atención a su hijo cuando le habla. No haga otra actividad mientras, y si está haciendo algo, pare. Mire a su adolescente, escúchele y ofrézcale algún comentario cuando termine.
* Organice actividades conjuntas, a veces con toda la familia, a veces solos. Excursiones, comidas, una cena fuera, vacaciones... Si su adolescente no quiere pasar todas las vacaciones con la familia, intente buscar una solución y ayúdele a encontrar la manera de pasar tiempo con sus amigos y tiempo con su familia.
Ser madre o padre de un adolescente
Pero es importante recordar que durante la adolescencia nuestros hijos aprenden a ser su propia persona, a tomar decisiones ellos solos, a convivir más con sus compañeros, a vivir situaciones de amor correspondido o amor no correspondido y, en definitiva, a servir como ser independiente en el mundo.
Es una tarea tan importante para su futuro como adulto, como complicado y hay que respetar su forma de afrontar los retos de esta edad y, en la mayor medida posible, comprender su complejidad. Es fácil desesperarse cuando vemos a nuestros hijos tambalear entre la dependencia de un niño y la independencia de un adulto según el desafío del momento, pero hay que armarse de paciencia e intentar no dejarle ver nuestra frustración.
No podemos trasladar (todavía) nuestras reglas y soluciones de adultos a los problemas y situaciones de nuestros adolescentes. Los adultos afrontamos los retos con un sentido mucho más desarrollado sobre quiénes somos, cuáles son los valores importantes, qué deseamos y cómo lo conseguimos. Pero no podemos - ni debemos intentar - trasladar este sentido (logrado después de muchos años de aprendizaje personal y profesional) a nuestros hijos. No debemos imponer nuestra manera de hacer las cosas o arreglar situaciones difíciles, por mucho que estemos más preparados para ellos para hacerlo. Podemos - y debemos - escuchar, aconsejar, ayudar o ensayar con ellos. Pero nada más. Tienen que aprender, y debemos respetar su manera de hacerlo en la mayor medida posible.
Errores, falsos inicios, opiniones equivocadas, acciones impulsivas, obsesiones pasajeras, lealtades cruzadas, fracasos..., todo forman parte de este aprendizaje. Los adolescentes no solo tienen que aprender la respuesta correcta a una situación dada, sino que tienen que comprender el valor de esa respuesta y esto es algo que a veces solo se aprende a través de la experiencia. Es un camino complicado, confuso y difícil, que requiere la comprensión y el apoyo de madres, padres, y familiares mayores.
Adolescentes que se sienten capaces de contarles a sus padres sus temores, sus fracasos y sus aspiraciones sin ser juzgados, tienen mucho más posibilidades para convertirse en adultos seguros y buenas personas que aquellos adolescentes que sienten la necesidad de esconderles todo a sus padres. Nuestro reto como padres de adolescentes es mantener abiertas las vías de comunicación, trasladar nuestras inquietudes a nuestros hijos/as sin predicarles, aprender a explicar nuestra postura sin menospreciar la suya, respetarles y conseguir que nos respeten, contar hasta diez antes de gritar...
lunes, 27 de abril de 2009
Cómo Afrontar las Dificultades en el Estudio
Cuando surgen estas dificultades conviene afrontarlas cuanto antes, ya que lo que puede ser relativamente sencillo de corregir cuando se produce, pasado algún tiempo, tienden a cronificarse las dificultades y corregirlas es más dificultoso. Lo importante es enfrentarlos con serenidad, reflexión y rigor.
Al enfrentarnos al problema que plantea nuestro hijo hemos de tener en cuenta las siguientes consideraciones:
1º.- ¿En qué consiste básicamente el problema?
Un problema cuanto más precisado está tanto más fácil es encontrar la solución, al contrario cuanto más difuso e impreciso más difícil es darle respuesta.
Si es posible vamos a tratar de hacer operativo el problema, es decir, en lugar de decir “es un vago”, diremos que habitualmente no cumple el horario de estudio por la tarde, en lugar de decir “tiene dificultades en la lectura” diremos que no sabe entonar lo que lee, su comprensión lectora es escasa y le falta velocidad.
2º.- ¿Cuándo ha comenzado el problema y con qué frecuencia se da actualmente?
Puede ser que sea al pasar de un nivel educativo a otro, de un colegio a otro, de estar con un profesor y pasar a otra clase. Puede que aparezca según va teniendo más dificultades académicas, al juntarse con determinados compañeros....
3º.- ¿Cuáles son las causas del problema? ¿A qué lo atribuye el propio sujeto?
Saber la raíz del problema no siempre nos resulta fácil, trataremos de indagar en ello para clarificarnos. Bastante información nos puede aportar el que sepamos a que atribuye nuestro hijo el bajo rendimiento, tiene este aspecto tanto más valor, cuanto más maduro es el niño o adolescente, porque ahí nos está dando pistas de por donde pueden ir las dificultades.
4º.- ¿Qué hemos hecho hasta el momento para resolver las dificultades y qué resultado nos han dado esas estrategias?
Para afrontar un problema hay muy diversas estrategias que hay que valorar la idoneidad que tienen para tal fin. Habrá que desechar las que no han dado el resultado apetecido y buscar otras nuevas.
Vamos a ver las dificultades más frecuentes en los estudios y que podemos hacer con ellas:
1ª.- No estudiar o hacer como que se estudia Se caracterizan por lo siguiente:
Estrategias de intervención: Este tipo de chavales tienen un déficit de hábitos importante. Los hábitos son recursos importantes para educar. Se adquieren por repetición de actos. La ventaja que tienen es que facilitan a la persona la realización de tareas que pueden ser costosas, como sucede con el estudio en los hijos.
- Dedicar todos los días un tiempo al estudio, a la realización de las tareas.
- Empezar desde poco para ir subiendo según se vaya afianzando. Puede ser como tiempo orientativo, para un niño de Primaria en torno a media hora. Para uno de Secundaria alrededor de una hora.
- Más vale poco tiempo y aprovechado que mucho y disperso.
- Al ponerse a estudiar o trabajar darse un tiempo para cada una de las tareas que va a realizar y exigirse para tratar de hacerlo en el tiempo que se ha dado.
- Hacerse un horario en el que haya tiempo para todo. Poner el estudio en los primeros momentos que se está más descansado.
2ª.- Estudiar los últimos días, se caracterizan por lo siguiente:
- Estudian pero los últimos días, las últimas horas...
- Se acuestan tarde, se levantan temprano en el último momento, van a “revienta calderas” por el esfuerzo que hacen al final.
- Los padres pueden tener una percepción de que su hijo estudia y se ha esforzado bastante.
Estrategias de intervención: Una de las variables que más tiene que ver con el éxito académico, es que el alumno tenga un plan de trabajo diario, así aparece en estudios experimentales. Cuando se deja para el final es imposible asimilar toda la materia, es como querernos comer en un día lo que no hemos comido en diez, por ejemplo.
- Tener un horario diario.
- Dedicar todos los días un tiempo a los repasos. Cada día de la semana a una materia, por ejemplo una hora, así se va estudiando lo que ya se ha visto y que entrará para el próximo examen.
- Que sea consciente que la estrategia de dejarlo todo para el final sirve cuando estamos en escalones inferiores en los estudios, pero al ir avanzando es imposible porque la materia a estudiar nos desbordará.
3ª.- Confundir "lo entiendo" con "ya me lo sé", se caracterizan por:
- Confunden el "lo entiendo" con "ya me lo sé". Leen una lección y como la entienden, ya creen que la saben y dejan de estudiar.
- Desconocen que el proceso de aprendizaje implica en un primer momento entender lo que se quiere asimilar y después tiene que haber un momento de fijación en la memoria, que se realiza a través de la repetición de los contenidos.
- Referido a las disciplinas que precisan la realización de ejercicios y prácticas, los chavales que presentan esta dificultad son aquellos alumnos que fallan en las operaciones aunque sepan como se pueden hacer los ejercicios.
Estrategias de intervención: Se impone una tarea de clarificación al alumno para que entienda los distintos momentos que tiene el proceso de aprendizaje: comprender los mensajes, elaborar un resumen-esquemático y fijarlos en la memoria. Estos pasos se descubren tras una breve experiencia en los estudios, pero puede ocurrir en los inicios de la vida académica que omitan alguno de los pasos comentados.
- Hacer un seguimiento durante algún tiempo para comprobar que se ha entendido los pasos a seguir para estudiar un tema.
- Que se den cuenta que tareas más difíciles conllevan más esfuerzo: repetición que lo que es más sencillo.
- Preguntarles lo que dicen que han estudiado para comprobar los resultados.
4ª.- Dificultades de concentración. se caracteriza por:
- Les cuesta mucho concentrarse, les cuesta ponerse a estudiar: desde que se sientan hasta que empiezan a estudiar pasa más de media hora. Están muy "a medio gas" y se les va fácilmente la imaginación.
- Cualquier cosa que acontece a su alrededor atrae la atención y pierden el tiempo.
- Su rendimiento neto es escaso, si se entiende por tal el tiempo en general que se dedica a una actividad menos el tiempo perdido por desconcentración.
Estrategias de intervención: Si la concentración es la capacidad de dirigir todas las capacidades del conocimiento a la realización de una tarea, se ve que nos encontramos ante una de las habilidades fundamentales en el proceso del conocimiento. Se podría decir que si no hay un mínimo de concentración es prácticamente imposible el aprender algo, por tanto, la mejora de la concentración conlleva la mejora de la capacidad de aprender.
Como todas las capacidades, el desarrollo de la concentración es consecuencia de la ejercitación de la misma, por ello es frecuente que quien más dificultades tiene en la concentración es quien menos trayectoria de estudio tiene en su vida y al contrario.
- La eliminación de los estímulos irrelevantes que puedan captar la atención de quien estudia: revistas, fotografías, prendas...
- La eliminación de estímulos a los que pueda prestar atención de tipo sonoro, p.e. la radio o visual, p.e. la televisión.
- Darse un tiempo para la realización de cada tarea o actividad y exigirse para tratar de realizarla en el tiempo previsto. No es conveniente enfrentarse a una tarea con tiempo ilimitado para realizarla.
- Hay que empezar a estudiar a una hora fija para conseguir un buen rendimiento cerebral. Si una persona se acostumbra a hacer el esfuerzo de concentrarse todos los días a la misma hora, al cabo de unos días la cabeza se concentra con más facilidad a esa hora.
- Como la concentración supone un “calentamiento mental” puede ser conveniente que antes de ponernos a estudiar dediquemos varios minutos –no más de cinco- a tachar letras que nos hemos propuesto en una hoja de periódico, por ejemplo las “a” que encontremos o las “o”, para después a continuación pasar a la actividad que tengamos prevista.
- En la misma línea que el punto anterior podemos trabajar mentalmente series de números y letras combinándolas, por ejemplo sea la serie 1 2 3 4 A . Se trata de ir corriendo la letra A hasta la izquierda, así : 1 2 3 A 4 / 1 2 A 3 4 / 1 A 2 3 4 / A 1 2 3 4. Estas series se pueden complicar interviniendo más letras o números.
- Tener claras las metas. No cabe duda que cuando algo queremos de verdad y lo proponemos como meta a conseguir, movilizamos todos los recursos que tenemos para tratar de alcanzar esa meta. En la medida que tengamos más claras nuestras metas en el estudio, más concentración tendremos para conseguirla.
- Intercalar descansos. El proceso de atención tiene una curva de manera que cuando se lleva un tiempo decae. Por ello, es conveniente intercalar descansos para recuperar la concentración. Esos tiempos de descanso pueden ser por cada hora u hora y media de estudio, unos minutos de descanso entre cinco y diez.
- Para sujetar la imaginación lo que podemos hacer es utilizarla en el estudio: en vez de hacer el esfuerzo de cambiar de pensamientos y empezar de nuevo cada vez que se nos va, hay que poner la imaginación en cada tema de estudio. Si está con volcanes, que se imagine cómo son, la lava que echan, etc. Eso ayuda también a que se grabe mejor las lecciones.
5ª.- Dificultades en la lectura
La lectura y su comprensión constituyen las herramientas de trabajo de nuestro intelecto. Las dificultades que tengan nuestros hijos en la lectura de inmediato se trasladarán en el aprendizaje. Las dificultades en la lectura se caracterizan por:
- No tener la suficiente velocidad lectora y comprensión de los textos que se leen.
- Tener que volver a leer algo para enterarse del texto.
- Tener una pobreza de vocabulario significativa que se nota en las dificultades que se tienen para saber el significado de palabras de uso bastante habitual.
- Tener dificultades en la expresión escrita para realizar textos con estructuras correctas y claras.
- Tener tendencia a postergar las tareas. Se siente un rechazo a la lectura como medio de entretenimiento.
Si hay un problema más serio de fondo como puede ser la dislexia habrá que acudir al especialista para su solución, pues no basta con estudiar más.
Estrategias de intervención: La habilidad lectora como cualquier otra habilidad se desarrolla con el entrenamiento, es por ello que la primera tarea a realizar es el ejercicio. Todos los días dedicar un tiempo a leer en voz alta para adquirir una entonación correcta que ayuda a la comprensión. Volver a repetir la lectura del mismo texto tratando de reducir el tiempo que se tarda en leerlo sin que afecte a la correcta entonación.
- Hacerse preguntas sobre un texto leído acerca de las ideas más importantes que hay en el mismo.
- Corrigiéndole los defectos de lectura ayudándole a hacerse un cuadernito de vocabulario. Con ese pequeño diccionario personal tendrá que hacer ejercicios con las palabras desconocidas.
6ª.- Lagunas en las materias, falta base Se caracteriza por:
- Tener dificultades en las materias en que sus contenidos tienen una gran conexión entre unas partes y otras, p. e. las matemáticas. Es como una escalera con bastantes peldaños entre los que se da una continuidad. De igual manera que si en una escalera falta un escalón, no impide su utilización, pero cuando son varios seguidos se hace imposible transitar por ella, así en una materia que falte un escalón conocimientos de unos contenidos previos se puede superar con atención especial. Pero cuando faltan varios escalones es decir, áreas importantes para proseguir estudios posteriores es muy difícil avanzar en el estudio adecuadamente.
- No tener asimiladas unas estructuras básicas de los contenidos de las diversas áreas, como consecuencia de un estudio para salir del paso en cursos anteriores.
Estrategias de intervención:
- Dedicación de un tiempo especial a tratar de remediar esa laguna. Puede ser a través de un hermano mayor, los padres o un profesor particular. Se entiende que esta ayuda es complementaria a la marcha de las clases y por tanto, supeditada a éstas.
- Potenciar las técnicas de estudio, no tener las suficientes habilidades para estudiar suele dejar lagunas en las materias que se han estudiado.
7ª.- Ansiedad ante los exámenes, se caracteriza por:
- Miedo a suspender o por tener un exceso de responsabilidad que les lleva a angustiarse. Suelen ser buenos estudiantes. Comienzan a estudiar y como salen con el gran miedo a suspender, se angustian. Quizá tras un año de malas experiencias, de un fracaso, de haber suspendido muchas... pierden la confianza en sí mismos y se sienten agobiados.
- Tener en los días previos y/o en la realización de los exámenes un nivel de ansiedad o nerviosismo claramente por encima de lo normal. Hay que decir que los exámenes son situaciones generadoras de ansiedad para todos, pero hay una parte del alumnado que responde de manera sobredimensionada en este aspecto, teniendo un efecto negativo para el rendimiento en los exámenes.
- La persona tiene pensamientos negativos y catastrofistas sobre los resultados que va a obtener. Anticipa que suspenderá, que no rinde, que se vendrá abajo....
- Tener una activación de algunos sistemas fisiológicos de la persona, así en el sistema digestivo se suele tener sensación de nudo en el estómago, duermen mal, le sudan las manos, dificultades en poder desayunar porque se puede vomitar.....Aparece tensión muscular en algunos miembros como brazos, espalda o piernas. Pueden darse también palpitaciones.
- Presentar movimientos o acciones automáticas que no puede controlar como comerse las uñas, necesidad de mover la pierna, dar toquecitos con el bolígrafo en la mesa...
Estrategias de intervención:
- Es muy conveniente que se le explique de manera didáctica qué es lo que le está pasando y que sepa que tiene remedio lo que tanto le está afectando.
- Explicarle que la ansiedad se manifiesta en tres niveles de respuesta. El primero es a través de los pensamientos negativos que tiene. El segundo a través de los sistemas fisiológicos de la persona: sudoración, palpitaciones, nudo en el estómago, y el tercer nivel se manifiesta a través de la necesidad de movimientos que tiene, que le puede llevar hasta el abandono del examen.
- Intervenir en los tres niveles anteriores con distintas estrategias. Respecto de los pensamientos, cortando los negativos y catastrofistas, centrando la atención en lo que tengo que hacer aquí y ahora, no compararme con los demás en cuanto a lo que tienen hecho del examen, etc. Respecto del segundo nivel fisiológico, enseñando a nuestros hijos a relajarse. Es conveniente que practiquen algún deporte, pues tiene un efecto relajador. En el tercer nivel conviene que nunca abandonen el examen por mal que se puedan encontrar haciéndolo.
Todas estas estrategias requieren un entrenamiento y por tanto, tiempo y perseverancia por delante para que se puedan notar los resultados.
El Ambiente de Estudio en el Hogar
¿Cómo se crea el ambiente de estudio?
- Cuidando los detalles materiales que favorezcan el trabajo: que exista un sitio para estudiar, el cual reuna condiciones mínimas como: aislamiento de ruidos y distracciones; iluminación suficiente; silla y mesa de trabajo funcionales para las tareas que se realizan normalmente.
- Los padres pueden colaborar respetando los tiempos de tareas sin interferir con otros encargos que puedan surgir.
- Creando hábitos de estudio, es decir, repitiendo siempre el mismo horario de estudio, de trabajo en un ambiente de silencio.
- Aprovechando los padres el tiempo de estudio para realizar diversos trabajos que tengan pendientes para que sus hijos los puedan ver como modelos que van por delante y son dignos de imitar.
- Teniendo un material base para el estudio: diccionarios, enciclopedias, libros de consulta.
- Promoviendo para el tiempo libre actividades que tengan que ver con la cultura, con la lectura, con el afán de saber más.
sábado, 21 de marzo de 2009
Autoestima y Educación
Una de las variables más significativas para la adaptación social y el éxito en la vida es tener una autoestima positiva, es decir, saberse y sentirse competente en diferentes aspectos.
La forma en que los niños se etiquetan a sí mismos depende de cómo los adultos que están a su lado los perciben y expresan esa percepción. El desarrollo de la autoestima esta estrechamente relacionado con la consideración, valorización y crítica recibida por los niños de parte de los adultos.( confiar en uno mismo: programa de autoestima, Isabel M. Haeussler P.- Neva Milicic M.. pag.11)
El desarrollo de la autoestima en el niño requiere de un ambiente familiar en que este pueda experimentar seguridad emocional, respeto y calidez. Se ha visto que aquellos padres que son demasiado estrictos, insuficientemente protectores y excesivamente críticos, pueden afectar negativamente el desarrollo de la autoestima en los niños.
Durante los primeros cinco o seis años de vida, la autoestima del niño se forma casi exclusivamente en el núcleo familiar. Con el ingreso del niño al colegio pasan a adquirir gran importancia el contacto del niño con sus compañeros, la relación con el profesor y las experiencias que vive en relación a su proceso de aprendizaje.
Un aspecto importante a considerar es que las personas significativas en la vida del niño no sólo afectan su autoestima a través de las cosas que le dicen o de la forma en que se comportan con él, sino que a demás juegan un rol como modelos de socialización. En esta medida, el que los padres o educadores tengan una alta autoestima ejercerá una influencia positiva en la propia autoestima del niño. (Manual para desarrollar la autoestima en los profesores y alumnos, Violeta Arancibia C.- María Rosa Lissi, pag. 11)
*Imagen personal y autoestima
Uno de los rasgos distintivos de la naturaleza humana es la posibilidad de ser consciente de sí mismo. A través de la adquisición de la conciencia de sí, las personas construyen su identidad personal, identidad que por una parte permite diferenciarse de los otros y por la otra parte permite establecer las relaciones interpersonales.
El concepto de sí mismo está en la base de la autoestima. Ésta sería la suma de juicios que una persona tiene de sí misma; es decir, lo que la persona se dice a sí misma sobre sí misma. Es la dimensión afectiva de la imagen personal que se relaciona con datos objetivos, con experiencias vitales y con expectativas. La autoestima, entonces, sería el grado de satisfacción consigo mismo, valoración de uno mismo.
Ninguna definición personal es neutra sino que implica un juicio de valor positivo o negativo. Sin duda, el punto de partida de la valoración personal se encuentra en el juicio de los otros, especialmente de los otros significativos. Mientras mas importante sea una persona para el niño, mayor valor tendrá su opinión y, por lo tanto, afectará de manera mas decisiva la percepción que el niño se vaya formando de sí mismo. Así por ejemplo, si el padre opina que su hijo es un niño creativo, esta opinión será altamente influyente para que el niño se perciba a sí mismo como creativo.
El concepto de sí mismo se va formando gradualmente a través del tiempo y de las experiencias vividas por el sujeto. Hay algunas que por su intensidad o significación tienen mas valor de programación que otras: son las experiencias positivas o negativas que los adultos, recuerdan de su infancia; ellas explican en forma importante lo que las personas se dicen de sí mismas.
Así como hay experiencias enriquecedoras para la percepción que el sujeto se va formando de sí mismo, hay situaciones que constituyen un freno para este proceso. Por ejemplo, un niño que es ridiculizado por un error puede autoconvencerse de que no tiene habilidades para desenvolverse en una situación y así evitar, en lo posible esa situación; o enfrentarla con tal nivel de ansiedad, que el éxito sea prácticamente nulo debido a factores emocionales.
Sin embargo el valor de programación no sólo reside en estas experiencias de alta carga emocional, sino que también esta en las relaciones cotidianas, que pueden proveer al niño de un ambiente de aceptación en el que se sienta valorado y donde pueda sentirse seguro y confiado en sus propias capacidades. Esto, en posición a un ambiente en el que se sienta continuamente en tela de juicio y donde a cada momento deba demostrar quien es, dónde esta, y se sienta frecuentemente amenazado por potenciales experiencias de fracaso o de rechazo. ( confiar en uno mismo: programa de autoestima, Isabel M. Haeussler P.- Neva Milicic M.. pag.17)
*Desarrollo del autoconcepto
Desde muy pequeño y partir de sus primeras experiencia, el niño se forma una idea de lo que lo rodea y también construye una imagen personal. Esta imagen mental es una representación que, en gran medida, corresponde a lo que las otras personas piensan de él o de ella.
La valoración que de la imagen que el niño va haciéndose de sí mismo depende, de alguna manera de la forma en que él va percibiendo que cumple con las expectativas de sus padres., en relación a las metas y las conductas que se esperan de él.
Al ir formándose el autoconcepto surge la necesidad de ser estimado por los demás y de estimarse a sí mismo. Según Gurney (1988) , el autoconcepto es aprendido y se construye a partir de las percepciones que se derivan de la experiencia y que van haciéndose progresivamente más complejas. Este autor describe tres etapas :
a.- Existencial o del sí mismo primitivo. (desde el nacimiento hasta las dos años).
b.- El sí mismo externo.( desde los dos hasta los doce años)
c.- El sí mismo interior.(desde los doce años en adelante).
De estas tres etapas antes mencionadas nos detendremos en la segunda de ellas que consideramos importante desarrollar.
Ø Etapa del sí mismo exterior
El niño a esta edad ya puede dar información acerca de sí mismo. Paulatinamente va agregando elementos y precisión a su visión de sí mismo. Comienza a evaluarse en sentido positivo y negativo.
Esta etapa es crucial desde el punto de vista de la imagen personal, por que es la más abierta a la entrada de información.
Aquí, las experiencias de éxito o fracaso, así como la forma en que se desarrolla su interacción con los adultos, son decisivas.
Por eso es tan importante que los padres y las educadoras sean lo más positivos posible al dar al niño retroalimentación acerca de sí mismos.
Al principio de esta etapa, el niño se define a sí mismo y se diferencia de los otros por sus rasgos físicos. A esta edad se hacen evidentes los sentimientos de estar avergonzados u orgullosos de sí mismo. El sentimiento de sí mismo que se adquiere en esta etapa resulta difícil de modificar posteriormente
Al final de esta etapa hay un aumento de la autoconciencia: los niños presentan un mayor reconocimiento de sí mismos y una mayor conciencia de cómo son percibidos por los otros.
En la medida en que una gran mayoría de los adultos han sido socializados en ambientes más bien críticos, tienen interiorizada la idea de que educar es corregir. En diferentes estudios, utilizando observaciones etnográficas ( López, Assael y neumann, 1984; Alcalay, Milicic y Torretti, 1993 ), se ha podido constatar que los adultos tienden más a señalar los comportamientos negativos de los niños que a destacar os rasgos positivos de su comportamiento. Las consecuencias de este estilo educativo para la autoestima son fáciles de inferir. Un número importante de niños presenta dificultades de autovaloración en diferentes dimensiones de la autoestima.
( confiar en uno mismo: programa de autoestima, Isabel M. Haeussler P.- Neva Milicic M.. pag.26)
*Formas de expresión de la autoestima positiva en los niños
Las expresiones de un niño con autoestima positiva son variadas y dependen tanto de factores de personalidad como de factores ambientales. Sin embargo hay rasgos comunes que podrían sintetizarse de la siguiente manera:
a. En relación a sí mismo
- Tienen una actitud de confianza en sí mismos, actúan con seguridad y se siente capaz y responsable por lo que siente, piensa y hace.
- Es una persona integrada, que está en contacto con lo que siente y piensa.
- Tiene capacidad de autocontrol y es capaz de autorregularse en la expresión de sus impulsos.
b. En relación a los demás
- Es abierto y flexible, lo que le permite crecer emocionalmente en la relación con otros.
- Tiene una actitud de valoración de los demás y los acepta como son.
- Es capaz de ser autónomo en sus decisiones y le es posible disentir sin agredir.
- Toma la iniciativa en el contacto social y, a su vez, es buscado por sus compañeros, por que resulta atrayente.
c. Frente a las tareas y obligaciones
- Asume una actitud de compromiso, se interesa por la tarea y es capaz de orientarse por las metas que se propone.
- Es optimista en relación a sus posibilidades para realizar sus trabajo.
- Se esfuerza y es constante a pesar de las dificultades. No se angustia en exceso frente a los problemas, pero se preocupa de encontrar soluciones.
- Cuando se equivoca es capaz de reconocerlo y de enmendar sus errores; no se limita a autoculparse ni a culpar a los otros.
- Su actitud es creativa. Es capaz de asumir los riesgos que implica una tarea nueva.
- Es capaz de trabajar en grupos con sus compañeros.
- Su comunicación con los otros es clara y directa . Los elementos verbales coinciden con los no verbales, por lo que su comunicación es congruente.
- Tiene una actitud empática; es capaz de conectarse con las necesidades de los otros.
( confiar en uno mismo: programa de autoestima, Isabel M. Haeussler P.- Neva Milicic M.. pag.34)
Aprendamos a Estudiar
EL ESTUDIO
Para algunas personas el estudio consiste en estar matriculado en un colegio y asistir a unas clases. Pero estudiar es algo más, es aprender una serie de conocimientos ejercitando la inteligencia, la memoria, la voluntad, la capacidad de análisis, de síntesis, de relacionar, etc. En el diccionario encontramos que estudiar es "ejercitar el entendimiento para alcanzar o comprender una cosa".
Para estudiar bien y alcanzar el éxito escolar son necesarias tres cosas: PODER, QUERER Y SABER ESTUDIAR.
PODER ESTUDIAR es tener inteligencia y el resto de facultades humanas. Es indudable que la inteligencia se relaciona mucho con el éxito escolar. En igualdad de condiciones un alumno "inteligente" obtiene mejores notas que sus compañeros.
El QUERER ESTUDIAR es tener el deseo y la determinación de adquirir unos conocimientos. Hay estudiantes que con una inteligencia normal consiguen buenos resultados a base de esfuerzo personal y dedicar el tiempo necesario. Tan importante o más que la inteligencia es la motivación o el querer estudiar. Muchos alumnos fracasan no por falta de inteligencia sino por desinterés, por apatía, por dejar el trabajo para el último momento, es decir, por falta de motivación.
El SABER ESTUDIAR es el tercer factor importante para alcanzar buenos rendimientos. Puede ocurrir que un alumno tenga la inteligencia suficiente y dedique bastante tiempo al estudio, pero los resultados son bajos e incluso fracasa. Probablemente se debe a que emplea unas malas técnicas de estudio. De ahí el desfase entre trabajo y rendimiento.
Podemos hacer poco para mejorar la inteligencia, pero si podemos mejorar la motivación y sobre todo las técnicas de estudio. A continuación se presentarán algunas técnicas generales que han sido contrastadas por la experiencia o por los conocimientos teóricos y experimentales de la Pedagogía y la Psicología.
Para conseguir buenos rendimientos no basta con conocer las técnicas de estudio, es necesario ponerlas en práctica según convenga en cada momento. La combinación entre la teoría y la práctica hará que mejore el rendimiento académico.
EL HORARIO
Además de poder estudiar, querer y saber utilizar unas buenas técnicas de estudio, es necesario dedicarle el tiempo suficiente para repasar, hacer los ejercicios y dominar todos los temas. Ningún trabajo sale adelante si no se le dedica tiempo, y el estudio tampoco.
En distintas investigaciones se ha demostrado que la administración eficaz del tiempo es un factor importante en el éxito escolar. Pero el tiempo es difícil de controlar y fácilmente se desperdicia en tareas improductivas y sin objetivos.
Las principales dificultades para aprovechar el tiempo suelen ser éstas: Primero la dificultad de ponerse a estudiar, es decir, de iniciar el estudio concentrado. Segundo, el pasar de una asignatura a otra sin profundizar ni terminar ninguna. Tercero, no estudiar todo lo que se debiera aunque anteriormente haya sido propuesto. Cuarto, dejar el estudio y la preparación de los exámenes para el último momento, tratando de recuperar en poco tiempo lo que no se ha hecho en los días o semanas anteriores.
Pero todas estas dificultades se pueden solucionar y con constancia se puede conseguir un buen aprovechamiento del tiempo. Unos principios generales para alcanzarlo podrían ser éstos:
Marcar una hora fija para comenzar el estudio, que podría ser entre las seis y media y las siete. Antes de ponerse a estudiar es conveniente hacer una lista de todas las actividades a realizar en ese momento y después ordenarlas teniendo en cuenta de programar en primer lugar los temas que resulten más difíciles o desagradables. Conviene hacer un descanso de unos cinco minutos por cada hora de estudio concentrado. Es el momento de levantarse, dar una vuelta por la casa o hacer una llamada telefónica. Con esto se evita la fatiga mental.
Cada día hay que terminar todas las actividades que se han propuesto. De esta forma mejorar la constancia y fuerza de voluntad. Los días que se termina antes de lo previsto, se dedica ese tiempo a los hobbys.
Como norma general habría que estudiar los seis días de la semana, de lunes a sábado, y dejar completamente libre el domingo, para alcanzar el necesario descanso, divertirse, asistir a las celebraciones familiares, practicar deporte, fomentar las aficiones, etc.
LA MOTIVACIÓN
El poder estudiar (tener inteligencia) es muy importante para conseguir el éxito en los estudios, pero no lo es todo. Hay estudiantes que teniendo una inteligencia normal, a base de esforzarse y "machacar" termina sacando buenas notas.
El querer estudiar (tener motivaciones o voluntad) es tan importante o más que la inteligencia para alcanzar buenas notas. La motivación, en el sentido de causa que mueve o impulsa a estudiar, se distinguen las motivaciones internas y las externas. Llamamos internas o personales a aquellas motivaciones que nacen del propio alumno, que quiere hacer algo por sí mismo y tiene voluntariedad actual. Las motivaciones externas o ajenas son aquellas que no nacen del alumno sino de otras personas (padres, hermanos, profesores, compañeros) y de circunstancias que le rodean.
Entre las motivaciones internas o personales distinguimos las que hacen referencia al interés profesional (conseguir un buen trabajo y seguir estudiando), al interés personal (me gusta estudiar, por satisfacción personal) y al interés escolar (saber más, sacar buenas notas, superarme).Estas motivaciones internas están muy relacionadas con el alumnado que obtiene altos rendimientos.
Las motivaciones externas o ajenas suelen ser familiares (por satisfacer a los padres, porque me riñen o me pegan), escolares (por no suspender en las evaluaciones, por saber contestar en clase) y sociales (por ir de veraneo, por tener el sello de listo). Todas ellas están muy relacionadas con el alumnado de rendimiento bajo. Podríamos afirmar que estas motivaciones externas no sólo no ayudan al estudiante sino que le perjudican en sus rendimientos escolares. Dicho de otra forma, para que los rendimientos sean satisfactorios ha de ser el alumno quien primordialmente quiera estudiar, con interés personal, profesional o escolar, que nacido dentro de sí mismo le empuje al esfuerzo que ordinariamente exige el estudio.
Si esta motivación personal o interna no existe o incluso es negativa -con un rechazo claro hacia el estudio- los esfuerzos que hagan los padres, los profesores y compañeros para ayudar al alumno, utilizando todos los medios (propinas, castigos, riñas, recompensas afectivas, etc.), serán insuficientes. También serán insuficientes los otros estímulos de la sociedad que empujan al alumno al estudio.
FORMA DE ESTUDIAR: El Método LSER
Hasta aquí se han estudiado aspectos parciales de las Técnicas de Estudio y es hora de tener una visión de conjunto para comprender los pasos a seguir para estudiar una lección. En el proceso del estudio se distinguen cuatro fases: síntesis inicial, análisis de cada pregunta, relacionar las ideas y síntesis final. Esto se concreta siguiendo cuatro pasos: lectura, subrayado, esquema y repaso. De aquí que el método seguido sea LSER formado por las iniciales de las palabras anteriores.
La lectura es el primer paso a seguir para alcanzar una síntesis inicial del tema. Antes se puede ojear la lección, ver las preguntas de que consta y fijarse en los dibujos y en los gráficos. Después hacerse unas preguntas para averiguar qué se sabe del tema a tratar. Con estas preguntas se consiguen dos objetivos: relacionar los conocimientos anteriores con los nuevos y aumentar la motivación al darse cuenta de los conocimientos que faltan por aprender. A continuación leer todo el tema para conseguir una visión general o síntesis inicial de la lección. Sobre ese esquema general resulta fácil encajar cada una de las preguntas.
El subrayado es el segundo paso de las técnicas de estudio. Tomar una pregunta o párrafo, tratar de comprenderla bien y subrayar con rojo las ideas principales y con lápiz azul las ideas secundarias, los ejemplos y los datos. Se esta forma se hace un análisis comprensivo de cada pregunta distinguiendo lo fundamental de lo accesorio. Hacer lo mismo con todas las preguntas.
El esquema es el tercer paso. Después de subrayar hay que ordenar las ideas principales y clasificarlas según un criterio. Para ello se puede hacer un esquema, un cuadro sinóptico o un resumen según los deseos del estudiante y lo que se adapte mejor al tema.
El repasar o recordar es el cuarto paso de las técnicas. Repasar consiste en repetir mentalmente las ideas principales del subrayado o del esquema. Seguir estos pasos: repasar la lección entera, cerrar los cuadernos o libros, repetir las ideas principales del subrayado o esquema y comprobar cuántas se han dicho bien y cuántas se han dejado. Este proceso hay que repetirlo hasta memorizar perfectamente toda la lección. Se han hecho investigaciones para averiguar el efecto del repaso. Los estudiantes que no repasaban recordaban, a las dos semanas, un diez por ciento de los contenidos de la lección, mientras que los que repasaban recordaban, a las tres semanas, el ochenta por ciento del tema.
SUBRAYADO
Subrayar no es solamente poner una raya, de algún color, debajo de algunas palabras o frases. Además de esto, y principalmente, es distinguir las ideas principales de las secundarias. Con el subrayado se obliga a seleccionar las ideas básicas de cada epígrafe y de cada lección. Este ejercicio intelectual ya es de por sí de gran utilidad y exige un considerable esfuerzo porque obliga a la selección crítica de las ideas. Pero además facilita el estudio en ocasiones posteriores, ya que con sólo leer las palabras y frases subrayadas se tiene un conocimiento completo de toda la lección.
Tanto el subrayado como las anotaciones al margen son muy personales y cada uno lo hace según su peculiar forma de ser. Sin embargo, se pueden señalar una serie de reglas generales para hacer un buen subrayado.
P Antes de subrayar, leer la lección entera para tener una idea general de la misma.
P Sólo se debe subrayar en los libros propios y no es aconsejable estudiar en libros subrayados por otro estudiante porque las palabras y frases no son significativas.
P Usar lápiz rojo (o raya doble) para subrayar las ideas principales, los datos esenciales y las definiciones.
P Usar lápiz azul (o raya sencilla) para subrayar las ideas secundarias que deben ser recordadas y el resto de los datos (nombres, fechas, obras, etc.) y los ejemplos que demuestran la idea principal.
P Marcar con una línea vertical en el margen cuando todo el párrafo debe ser subrayado. De esta forma se evita tener que subrayar todas las líneas.
P No obstante, cada estudiante debe crearse su propio código de signos gráficos según sus necesidades.
P Subrayar de tal manera que sea posible leer continuadamente todas las partes subrayadas, aunque estén en distintas líneas y que lo leído forme un pensamiento coherente.
P Se ha de subrayar poco. Por regla general sólo del 25% al 30% de las palabras, aunque esto depende de los textos.
ESQUEMAS
Un esquema es la presentación de las ideas principales y secundarias de una lección estructurada de un modo lógico. Esta estructuración lógica de la materia que se estudia permite captar de un solo golpe de vista todo el contenido.
Las características de un buen esquema son: recoger todas las ideas principales, secundarias y los datos que han sido previamente subrayados; están presentados de una forma estructurada y lógica que facilita la comprensión y la memorización; utilizar las palabras del estudiante y con toda la brevedad posible, escribiendo frases cortas que recojan con precisión y claridad las ideas del tema.
El hacer esquemas tiene varias ventajas: al ser una técnica de estudio activa aumenta el interés y la concentración sobre el tema mejorando al mismo tiempo la memorización; facilita la comprensión, al tener que estructurar las ideas; favorece la memorización, al utilizar la memoria visual; y sobre todo, se ahorra tiempo a la hora de memorizar el esquema y de hacer posteriores repasos ya que se va directamente a lo importante y no se necesita leer toda la lección.
Pueden seguirse estos pasos para hacer el esquema: primero leer la lección entera y subrayar siguiendo las normas conocidas; después buscar un título que sea una síntesis del contenido de la lección; dividir el tema en tres o cuatro apartados generales que recojan a su vez varias ideas principales y éstas a otras secundarias y datos significativos; poner cada idea en un apartado distinto y formularla con brevedad y precisión; es conveniente dejar márgenes a la izquierda y derecha para posibles anotaciones posteriores; y por último, tener en cuenta que se correspondan verticalmente los apartados de la misma categoría dejando los sangrados correspondientes.
APUNTES
En primer lugar es necesario que se comprenda la necesidad de tomar apuntes. Aunque se esté muy atento y se tenga buena memoria, es difícil retener la estructura general de la explicación, los detalles y los ejemplos. Aún es más difícil cuando es una exposición de hechos que incluyan dibujos, figuras y fórmulas. La memoria puede retener durante un periodo corto de tiempo, pero lo importante es retener a largo plazo y para ello es esencial la grabación escrita, tomando apuntes o notas en clase.
En el hecho de tomar apuntes distinguimos el escuchar y el escribir. El que toma apuntes está retrasado con respecto al profesor, ya que anota lo que acaba de decir mientras escucha lo que está diciendo. Pero escuchar y escribir no son realmente incompatibles. Se pueden hacer las dos cosas al mismo tiempo siempre que la una sea un ejercicio mecánico o casi automático y la otra un ejercicio intelectual. Se puede seguir el pensamiento del profesor mientras se escribe lo que ha dicho anteriormente. Es necesario el ejercicio para crear este hábito.
EXÁMENES
Los exámenes están pensados para medir hasta qué punto se ha estudiado y se domina una materia. Para superarlos con éxito hay que dominar bien todo el contenido, estar en buenas condiciones físicas y mentales y adoptar unas actitudes apropiadas. La primera preparación para un examen empieza al principio del curso. El éxito final se fundamenta en el trabajo regular de todo el año.
Hacer los repasos suficientes con el fin de que los conocimientos dejen huella en la memoria. Son aconsejables tres repasos: el que se hace inmediatamente después del estudio de cada tema, el repaso intermedio y el repaso final. Este último hacerlo la semana anterior a la prueba de forma que se distribuya el tiempo disponible para todos los temas. No hade haber prisas de última hora, ni noches en blanco, ni abusar del café cargado. No tomar anfetaminas ni otros estimulantes; sólo es aconsejable lo recomendado por el médico.
A) Hábitos de estudio que influyen positivamente:
- Saber utilizar distintos métodos de estudio para distintas asignaturas.
- Distribuir o planificar las materias de estudio y el tiempo disponible.
- Empezar a estudiar todos los días a la misma hora.
- Permanecer una hora seguida estudiando sin levantarse de la silla.
- Tener motivos personales para estudiar, de tipo profesional, personal o escolar.
- Tener facilidad para concentrarse en el estudio.
- Estar atento durante toda la explicación del profesor.
- Formularse preguntas acerca de los temas de estudio e intentar responderlas.
- Memorizar las ideas principales.
- Tener facilidad para encontrar las ideas principales.
- Hacer esquemas o cuadros sinópticos de las lecciones.
- Saber captar la estructura de los temas.
- Saber reunir las ideas y los datos de los libros y de los apuntes.
- Permanecer atento a las cosas que se dicen en clase.
- Anotar los datos importantes de lo que explica el profesor.
- Tener un dominio bastante completo de la materia de estudio antes de ir al examen.
- Hacer los exámenes en buenas condiciones físicas y psíquicas.
- Saber dominar el estado de nervios en los exámenes.
- Terminar los exámenes antes de que acabe el tiempo.
- Repasar los exámenes antes de entregarlos.